Refugio 3/9 es una novela que vio la luz en 2006 y Ediciones Nevsky la trajo a España en el año 2015 con la traducción de Marta Sánchez-Nieves. Para lanzarse a ella hace falta saber muy poquito: que se trata de una novela sobre la desintegración de la familia, con un mundo fantástico basado en mitos rusos donde aparecen cuentos de hadas y conspiraciones de internet. Eso es más que suficiente para pensar que Refugio 3/9 tiene mucho de especial, sobre todo si se añade después quién es su autora.
Anna Starobinets (Moscú, 1978) estudió Filología y en la actualidad, aparte de la escritura, trabaja como editora cultural. Hay quienes la llaman “la dama rusa del terror” y es este detalle el que le da ese doble filo al resumen de la novela que traemos hoy hasta la cubierta de La Nave Invisible.
Anna Starobinets presenta en un inicio a Masha, una mujer que se encuentra en Francia y a la que pasa algo “inusual” que hace que acabe viviendo una odisea, que no es más que una tortura. Seguimos sus andanzas durante lo que podría considerarse la primera parte de la novela, desde ese comienzo en Francia hasta su decisión de regresar a Rusia y lo que hace para conseguirlo. Mientras que en una hipotética segunda parte, compartimos las desventuras de Soso, que también realiza su propio viaje.
Pero la peculiar aventura de Masha o de Soso es sólo una de las capas de las que se compone la narración: al mismo tiempo nos encontramos con El Niño, perdido en un parque de atracciones y, poco después, en un mundo completamente diferente en el que los seres fantásticos gobiernan, dirigen y se relacionan con él. También nos muestra extractos del cuento de Hansel y Gretel, que al igual que el resto de las historias, hay que esperar a haber avanzado un poco para saber cuál es la relación exacta que tiene con el resto de lo que se cuenta.
Con esas pinceladas, Anna va dejando migas de pan para construir su mundo de fantasía, en el que hasta la metamorfosis es posible y de la que se pueden sacar varias segundas lecturas. Porque en Refugio 3/9 nada es lo que parece y, al mismo tiempo, es justo eso: hay un niño que se pierde, una mujer que se transforma en una persona repugnante y seres fantásticos que tienen sus propios planes en todo esto.
— ¿Sabes qué? —respondió su mujer—. Mañana por la mañana, bien pronto, llevaremos los niños al bosque, bien adentro; encenderemos fuego y le daremos un trocito de pan a cada uno. Y nosotros nos iremos a trabajar y les dejaremos solos. No podrán encontrar el camino de vuelta, y así nos libraremos de ellos…
Anna Starobinets utiliza una estructura similar a la de los cuentos o relatos cortos para contarnos esta historia: pequeñas escenas de uno u otro personaje que se intercalan. Escenas de la transformación de Masha con los descubrimientos de El Niño, o incluso escenas del pasado de Masha, donde cuenta su matrimonio con Soso, que a medida que avance la novela nos presentará sus propias escenas para explicar su posición actual. Es cierto que hay ocasiones en el que esa dinámica de relato corto pierde un poco de fuelle o hace que el avance de la novela sea más complicado, sobre todo en la primera toma de contacto con la historia. A todo esto hay que añadirle un estilo ligero, que ayuda a mantener toda esta estructura y no duda a la hora de dar las imágenes más terribles, ya sean por escabrosas o por lo que ocultan detrás.
Los personajes que inundan esta novela van acordes con todo este trasfondo tenebroso, porque no se trata solo de Masha, de su transformación hacia alguien demasiado gris, sino de todos los que llegan a tener peso en las páginas. Tenemos a Huesuda, la encargada de la crianza de El Niño y de su protección, que no es más que una bruja de aspecto horrible; o a Aquel, un hombre que vive rodeado de comida que no puede llegar a comerse y que se dedica a contar historias. Los encargados de la pensión en la que permanece Masha en el pasado, desconcertantes y desagradables, o la increíble Liusi, que surge en medio de la historia de Soso, y que se convierte en una pieza clave. Todo el elenco de personajes parece haber sido creado para que resulten fascinantes y desagradables al mismo tiempo, lo que sin duda alguna la autora consigue.
Y entonces me miré en el espejo grande de marco bañado en oro que colgaba en el vestíbulo del hotel.
Y entonces fue cuando todo empezó.
Y yo dejé de existir.
Podríamos decir que la novela juega con dos mundos diferentes, prácticamente dos ambientaciones. La primera que se nos presenta es la real, aunque no deja de tener detalles que se salen claramente de lo cotidiano. Es aquí donde se encuentran Masha y Soso, también en el que se plantea un fin del mundo: a través de una página de internet en la que se sirven de Nostradamus para hacer profecías y utilizan las intervenciones del presidente ruso para darle peso a todas esas señales del apocalipsis.
El segundo de los mundos es el de la fantasía, que no deja de ser un mundo de terror, plagado de criaturas más o menos horribles que se van encontrando con el Niño, que lo cuidan o manipulan mientras él va descubriéndolas en su aprendizaje.
Delante de él, encorvada para siempre a la altura de los riñones, estaba una vieja jorobada y repugnante que entornaba unos ojos lagrimosos y ya de por sí diminutos, y cuyas lilas encías trémulas sonreían a la luz de la hoguera. (…)
—Un cachorro humano —constató la vieja—. ¿Dónde lo habéis atrapado?
—Lo ha traído el Difunto de la Ciudad de los Prodigios —comentó detrás de ella el bicho que había estornudado en la oscuridad—. Nos lo vamos a comer ahora.
Refugio 3/9 es una novela que puede que no sea del gusto de cualquier lector, porque requiere cierto trabajo ir desenmarañando todas las capas que construye Anna Starobinets y entender todas las piezas. Sin embargo, es una historia que resulta fascinante cuando todo hace clic, donde se exponen las consecuencias de las decisiones que se toman, la culpabilidad o la pérdida en medio de ese mundo tétrico, lo que la convierte en una historia recomendable para los que se atrevan a darle una oportunidad.
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